Según Frédéric Salles, CEO de Matooma, “la seguridad afecta tanto a las empresas (seguridad de los empleados y de los bienes), como a las personas (seguridad del hogar, casa y familia aislada)”.
En los últimos años, el IoT y los dispositivos conectados satisfacen mejor las necesidades de seguridad de todos: cámaras de videovigilancia, desfibriladores cardíacos conectados, dispositivos de teleasistencia conectados, controles de acceso biométricos. El Internet de las Cosas se ha convertido en una tecnología esencial para el desarrollo de este sector.
El IoT refuerza la seguridad de los bienes y las personas
Los dispositivos conectados permiten una mejor supervisión de las máquinas, anticipar accidentes humanos y materiales, y optimizar el rendimiento y los costes.
Empresas:
El IoT permite que las empresas sean más seguras y más productivas. En relación a los empleados, por ejemplo, si uno o más trabajadores están aislados, es recomendable equiparlos con un sistema de alarma o un detector de caídas para evitar que corran peligro. En el caso de una caída, por ejemplo, el detector conectado envía automáticamente un mensaje a un centro de rescate para una respuesta rápida.
La seguridad de los edificios es otro aspecto clave que deben cuidar las compañías. En este sentido, las alarmas contra incendios conectadas pueden alertar a los bomberos en caso de incendio en el lugar de trabajo. Los controles de acceso biométricos instalados en la entrada de un edificio solo permiten el acceso a los empleados de esa empresa, a través de un análisis rápido de las huellas dactilares. Además, las cámaras de videovigilancia brindan una visibilidad permanente de las instalaciones.
Por último, la seguridad relativa a los costes es otro aspecto a tener en cuenta. Existen actualmente equipos para controlar el consumo de energía que envían alertas en caso de sobreconsumo.
Gran público:
Entre las principales aplicaciones de seguridad conectada que afectan al usuario final, nos encontramos con:
- Seguridad de la familia: las alarmas contra incendios y las cámaras de videovigilancia también ayudan a las personas a sentirse más seguras en el hogar.
- Seguridad del hogar: la domótica es un buen ejemplo. Gracias a sus peculiaridades, el concepto de "hogar conectado" comienza a tomar forma (puertas y ventanas que se abren y cierran de forma remota, la luz que se enciende o apaga a distancia, cámaras colocadas en la puerta delantera, etc.);
- Seguridad de los seres queridos aislados: si una persona mayor vive sola y sufre algún percance, un dispositivo de teleasistencia enviará automáticamente un mensaje para solicitar ayuda.
- Seguridad en las ciudades: los desfibriladores cardíacos conectados están cada vez más presentes en lugares públicos de las ciudades.
Problemáticas de los fabricantes de dispositivos IoT
Más allá de la simple comercialización de dispositivos conectados, el desafío para los actores del mercado de la seguridad no es el mismo. Frédéric Salles, CEO de Matoma explica que “deben suministrar productos impecables, de hecho, un desfibrilador cardíaco o un brazalete de teleasistencia tienen que funcionar siempre cuando una persona los necesita”. El rendimiento de los objetos conectados y la elección de una buena solución de conectividad son dos elementos que no deben pasarse por alto.
Tarjeta SIM M2M multioperador para mayor seguridad
La tarjeta SIM multioperador es una solución de conectividad que aporta fiabilidad a los dispositivos conectados. Una vez insertada en el objeto, la tarjeta se conecta automáticamente a la mejor red local disponible. Esta tarjeta asegura una conectividad cercana al 100% de los dispositivos IoT. De hecho, esta tarjeta SIM puede conectarse a diferentes redes locales. Por lo tanto, si una de las redes tiene problemas de conexión en un momento determinado, el dispositivo inicia automáticamente un escaneo de las redes disponibles y la tarjeta SIM se conecta a otra red confiable y potente.