Las previsiones de Gartner apuntan a que en 2020 habrá un total de 5.800 millones de objetos conectados a nivel mundial, con un crecimiento del 21% con respecto al año 2019. La seguridad de estas conexiones es una de las principales preocupaciones de las empresas que están desplegando proyectos IoT. "Algunos objetos están conectados a Internet a través de una dirección IP pública. Sin embargo, esta, al ser accesible en Internet, tiene vulnerabilidades de seguridad: los hackers podrían sortear las defensas establecidas y acceder a los dispositivos, no solo poniendo en peligro la seguridad de los datos sino con el riesgo de provocar costes por sobreconsumo. Para evitar esto, recomendamos el uso de una red privada no visible en Internet, como MatooWan, asociada a una tarjeta SIM con IP privada fija”, señala Frédéric Salles, CEO de Matooma.
Recursos naturales conectados
Si consideramos una entidad gestora de agua por ejemplo, actualmente sus equipos son interrogados de forma remota por una estación de supervisión equipada con un módem RTC (Red Telefonía Conmutada). Cada día, los datos de contadores se leen mediante la acción de "pooling". Los contadores son interrogados unos después de los otros. Esta acción lleva un lapso de tiempo considerable e impone limitaciones técnicas y económicas (facturación de llamadas por minuto, por ejemplo).
El establecimiento de un APN privado, además de una tarjeta SIM multioperador, será una solución interesante para superar las paradas. Elegir un APN privado le permitirá a esta entidad mejorar su funcionamiento actual y, por lo tanto, facilitar su implementación con una solución de extremo a extremo segura, fácil de gestionar y sin ninguna limitación en el número de contadores. El APN privado permitirá el acceso remoto en tiempo real, la seguridad eficiente del flujo de datos, la reducción de los costes de comunicación (facturado en datos por KB), la simplificación del sistema de recogida de datos, pero también ahorro de tiempo en términos de acceso a los equipos. Además, gracias a la opción de SIM-to-SIM, los objetos podrán comunicarse entre sí (ejemplo: comunicación de un contador a otro para distribuir agua).
Distribuidores conectados asociados a terminales de pago
Un APN privado también tiene mucho sentido para los distribuidores conectados, en autoservicio, automáticos (comida y bebida), pero también para consignas conectadas (click-and-collect) o incluso terminales de movilidad ecológica (coches, bicicletas, patinetes eléctricos). De hecho, estas diferentes aplicaciones se asociarán con terminales de pago o control de accesos. Por lo tanto, necesitan una solución totalmente segura para gestionar sus datos críticos (ejemplo: solicitud de pago a un banco).
Los flujos de datos deben ir perfectamente protegidos y seguros de extremo a extremo, sin que sea visible en Internet. Una vez resuelto este problema, se añade otra cuestión importante: ¿cómo supervisar y garantizar el mantenimiento de estas máquinas dispersas? Para ser optimizados, estos terminales necesitan que los técnicos lleven a cabo rondas de reabastecimiento regulares además de disponer de datos que indiquen averías o la tasa de llenado de los distribuidores, etc. Gracias a un APN privado, estas acciones se pueden planificar de antemano, gracias al acceso a los diversos equipos y sistemas de alerta en tiempo real.
Finalmente, estos distribuidores también necesitan bidireccionalidad para garantizar actualizaciones de software remotas para que funcionen correctamente. Un APN privado parece ser una solución efectiva para estas empresas ya sea para gestionar el acceso remoto en tiempo real, la seguridad de los datos intercambiados, la optimización de los costes logísticos y la simplificación de la recopilación de datos.
“Tanto para el sector energético como para el retail, el uso de un APN privado será una alternativa inteligente y eficaz para el despliegue de objetos conectados”, concluye Frédéric Salles, CEO de Matooma.